Rosquetes de Tía Eloisa

Es un recuerdo que nos ha acompañado desde pequeños, mi tía y mi madre, reunidas en la cocina preparando rosquetes, cientos de rosquetes, porque cuando se ponían a ello, había que aprovechar, y para Navidades nunca faltaban. Mi tía preparando la masa, con su toque, siempre le quedaban estupendos, mi madre dando forma, la mesa llenándose de rosquetes que tapaban para que levaran un poco, el aceite espumeando, friendo rosquetes sin parar, las manos volteando los rosquetes para impregnarlos del almíbar, los calderos llenos de rosquetes terminados, el sonido al destaparlos para comernos un rosquete a escondidas, sin dejar que se enfríen.

Ingredientes:

  • Huevos
  • Aceite
  • Azúcar
  • Leche
  • Harina
  • 1 sobre de Levadura
  • Ralladura de limón
  • Anís en grano o matalauva
  • Canela, opcional

No pongo las cantidades de los ingredientes porque son por volumen. Ponemos los huevos en el medidor, y el volumen que nos dé, será el volumen del aceite, del azúcar y de la leche.

En esta ocasión, hemos usado dos huevos, y han salido más de 40 rosquetes. Si somos pocos en casa, podemos usar un huevo, y asi, no duran tantos días, y no se ponen duros. He puesto todos los ingredientes en vasos, me ha resultado más fácil para medirlos.

En un bol grande hemos puesto los huevos y el azúcar, hemos batido hasta que estuviera integrado, luego la leche, el aceite, seguimos batiendo. Por último la harina y la levadura mezclada, hemos ido añadiendo la harina vaso a vaso, poco a poco, y comprobando la textura, hasta conseguir que no se pegue a las manos, al final unos 7 u 8 vasos llenos, casi un kilo de harina. Echamos también la ralladura de limón, la matalauva, y un poco de canela, si le queremos poner.

Amasamos, con las manos, rectificamos con harina, si hace falta, y vamos dando forma a los rosquetes. Cogemos un poco de masa, hacemos una bolita, y luego una titita, frotando las manos, luego cogemos los dos extremos y los unimos, presionado fuerte para que no se abran al freirse.

Gastamos toda la masa, colocando los rosquetes formados en platos o bandeja, ponemos a calentar aceite, cuando este a media temperatura, freimos los rosquetes hasta que estén doraditos.

Hacemos un almíbar con la misma cantidad de agua que de azúcar, en un cazo a fuego medio, vamos mezclando y comprobando hasta conseguir una textura de hebra fina, debe reducir bastante. Una vez fritos los rosquetes los pasamos por el almíbar y dejamos enfriar.